Translate

martes, 3 de junio de 2014

Viajes que nunca terminan.

Estábamos ahí en las puertas del infierno, solos nos miramos a los ojos, no sabíamos quienes eramos pero sabíamos que nos necesitábamos. El camino iba a ser difícil por eso queríamos estar acompañados porque tal vez así no nos perderíamos tan fácilmente.

Cada paso era una punzada en mi corazón, cada mirada era perdida de tiempo porque no veíamos nada, cada sangre derramada no era en vano o tal vez si pero no nos importaba.  Solo queríamos llegar a la meta, pasar ese infierno que debíamos vivir.

Cuando empece este viaje me sentía solo, o tal vez no me sentía. Era un ente sin esperanzas ni futuro, que esperaba un oscuro final. El averno me dio todo lo que nunca tuve, un objetivo. 

Solo oía un sollozo en la lejanía, sabia que eras vos pero me daba miedo preguntar porque, supuse que te dolía lo mismo que a mi. El eterno dolor de la espera, de la esperanza de vivir. 

Tropecé pero no te vi que pararas, solo te alejaste sin decir una palabra, sin ver para atrás me abandonaste. Y perdí todo, eras todo, perdí lo único que era lindo en ese lugar. No lo perdí te fuiste, te alejaste de mi como se aleja un animal del fuego, con temor.

Te di miedo, viste lo que el infierno transforma en la persona y decidiste que no debías protegerme, parecía lo suficiente fuerte para parar balas, creías que era inmortal.

No lo soy, tenia los mismos miedos que vos solo que quería protegerte que no tengas los mismos miedos que yo. 

La lava caliente quemaba mis pies como lo hace el hierro frió a una piel sensible, no me importaba, el que me hayas abandonado me dolía mas, mucho mas.

Había abandonado todas las esperanzas en sobrevivir, si no lo hacia con vos, no lo hacia con nadie. Me deje llevar, sabia que la muerte era inevitable, sabia que ya no había mas nada para mi en el final de este averno, porque vos ya no estabas.

Por unos segundos morí, con el miedo que vos nunca llegaras a sobrevivir, nunca me perdonaría que vos no sigas el camino correcto, que te perdieras en ese oscuro mundo. 

En mi lecho final vi una luz, no era una luz angelical, era una simple luz que me decía lo que debía hacer, debía sobrevivir, no por nadie si no por mi, yo valía tanto como el otro, yo debía importarme mas que el otro.

Me levante y seguí caminando, esperando que algún día volviera a cruzarte en ese lugar llamado la vida. 

"No hay héroe en la soledad; los actos sublimes están determinados siempre por el entusiasmo de muchos." Eliphas Levi

No hay comentarios.:

Publicar un comentario