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martes, 13 de octubre de 2015

Guerra y aceptación

La soledad oscurece la mas luminosa de las almas, el tiempo solo consigue la resignación. Aceptar sin estar aceptando. Nadie elige estar solo, nadie quiere morir solo. No son canciones tristes si no se siente nada.
Se cree que la depresión es estar triste y nada mas alejado a la realidad. La depresión es la nada, la nada universal en uno mismo.
Cuando veo la felicidad simplemente me molesta, repelo cualquier sentimiento. Se está tan cómodo en la nada.

Aquí estoy, otra madrugada en la que el sueño no se concilia conmigo y canciones que se repiten cada noche, quizás así las entienda, quizás así entienda la vida. Ya no recuerdo cual era mi historia, ya no recuerdo quien era.
Mi vida se transformo en nada, la nada se transformo en mi.

Quizás no fue buena idea irse, pero nada me quedaba allá, nada queda aquí. Cada segundo que me alejo de mi madre patria son insignificantes, porque mi hogar nunca fue mi hogar y los recuerdos ya no son lo que deberían ser.
La normalidad me consume y me destierra. Lo común se esta siendo eco en mi vació corazón.
Nunca quise ser normal, deseaba la grandeza, la eternidad.
La vida nunca fue suficiente, tal vez por eso no la viví, me creía mas que todos, quería ser mas que todos.

Ya no recuerdo tu ultima mirada, porque te despediste tan rápido que no pude asimilarlo. ¿Cuando te deje de amar?. ¿Cuando no me importaste mas?. No lo se, ya no al menos.
¿Como puedo vivir en un mundo donde los recuerdos tienen el mismo valor que el tiempo?. Estoy negado a querer vivir sin ellos, negando una realidad que ya no es constante, que nunca fue constante.

Los días pasan y todo lo que viví en mi madre patria ya no importan, simplemente porque la gente que tenia los recuerdos ya murieron o desaparecieron, es lo mismo.
No debería haberme ido, debería haberme quedado resistiendo. Intentar ser fuerte no me salio a mi, quizás siempre fui cociente de la existencia de mi mortalidad.

En la guerra lo único que nos queda es un recuerdo latente, deseando que sea nuestra realidad.
Pero los recuerdos ya no existen si el portador está muerto.

viernes, 25 de septiembre de 2015

El temor de no ser aceptado


Siempre tuve miedo, nunca creí poder ser lo suficiente valiente para lograr algo. El temor me transformo en un olvido, en un tiempo perdido. Olvidado en paredes de cristal. 
Hoy vuelvo a la libertad, la misma que fue arrebatada por mi miedo, mi miedo a decir la verdad.

Fui culpado de un crimen que no cometí, un crimen que vi y no hice nada. Me lo merezco, 21 años, 9 meses y 23 días sigo aquí, cumpliendo la condena de ser un temeroso. El tiempo en esta pocilga no fue malo. Solo perdí todo mi familia, mis amigos y el amor de mi vida.
Mi querida amada, la que lloro cuando viste que me iba con aquel delgado oficial de cara alargada, me miraste con tal odio que luego de 21 años todavía lo recuerdo. Aquel hermoso día, tan hermoso como puede ser un 18 de julio.

Odio, era tu mirada, y lo peor era que no me lo merecía. No merecía tu odio, yo no fui, yo no mate a ese pequeño.
 Recuerdo como aquel corpulento de cabellos blancos golpeaba sin parar al joven, la ira que tenia el de cabellos blancos en sus ojos era parecida a la que tenias ese día. 
Nunca entendí mi culpabilidad, hice lo que pude, ser una porquería y no admitir que no fui el culpable, fue aquel malnacido de cabellos blancos.

21 años después y nadie devolvió la vida de aquel joven, que era mi amigo, que era mi hijo. Años pasaron y yo no pude hacer nada para demostrar que no soy el culpable. ¡Porque no lo dije cuando tenia la posibilidad!.  Solo recordar su mirada al terminar de vivir me revuelve el estomago, Me arrebataron lo único que me sentía orgulloso en mi maldita vida, te arrebataron el amor de tu vida querida. 
-¡Yo no fui, lo juro!. Fue él.
Eso te dije, solo para enfurecerte mas, estabas convencida que yo tenia la culpa, que todavía tengo la culpa.

El tiempo pasa, yo tengo que afrontar la realidad, estoy en el mundo solo, todos los que me conocían me odian por algo que nunca hice, perdí las 2 cosas que me importaban, el amor de mi vida y mi hijo.
Que valor seria seguir ¿No?.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

El recuerdo de una despedida

Me he apresurado a despedirme, lo se. Pero mi enfermedad me da la posibilidad de decidir, decidir tener esperanza en una mínima posibilidad o rendirme a la cruda verdad. La decisión esta echa, yo me voy, pero no lo quiero hacer sin despedirme.

Quisiera tener mas tiempo, en mis jóvenes años todo parecía tan lejano, solo deseaba que pasara las horas. Quería ser grande, quería ser libre. 
Los años pasaron, el tiempo se fue desvaneciendo en una triste canción, solo para darme cuenta que después de 65 cortos años me encuentro en mi final.

Se lo que parece, 65 años son una eternidad, no para mi. Viví cada segundo de aquellos años, todavía lo hago. Parece que el tiempo siempre cuenta mentiras, la percepción de el mismo es una mentira. A mis 65 años, un día parecería insignificante, pero ahora, que en mi lecho me encuentro eso deseo. Un día mas, una primavera mas.

Solo quedan recuerdos, historias que parecen inexistentes ahora, todo lo que soy es una cruda mentira, modificada por mi ser para que parezca mejor, historias que recordadas por mi parecen dignas de libros de historia, o mejor aun, de libros literarios.
Peleas épicas entre dragones y caballeros, amores tan cinematográficos como las que enseñan en Hollywood, 

Pero ya no recuerdo nada, ya olvido lo que sucede a mi alrededor, por eso me despido. Ni si quiera recuerdo el nombre de mi amor, ni mis hijos, ni siquiera de la enfermera que me visita todos los días solo para recordarme que debo de comer. Maldita enfermedad.
Por eso me despido, porque si no lo hago ahora temo que nunca lo termine de hacer. Al fin y al cabo ya no podre recordar de mi nombre.

No se a quien me despido, ya nadie me visita, ya nadie sabe que existo. Quizás me despido de mi, solo se que dentro de muy poco olvidare que siquiera existo. Mañana sera un nuevo día pero ya no lo recuerdo.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Cada vez



Cerrar los ojos temo,
sentir que estas ciego.

No puedo descasar,
por el no volver a despertar.

Los recuerdos son olvidados,
por el miedo de no poder recordarlos.

Esperar es un suplicio,
no me queda tiempo.

El escuchar es imposible.
Muchas cosas sin decir retumban alli.

La muerte vuelve antes de lo que deseo.
Me persigue todo el tiempo.

Temer vivir por miedo a morir.

Nada Puedo hacer, 
solo aceptar que vivo dolido, 
callar en un limbo de desesperación

Nada me satisface.
Nada necesito.

Caigo en un sin fin de espera, 
a que pase algo. 
Olvidando que yo debo de hacer algo.

Cada vez que te miro..

lunes, 7 de septiembre de 2015

Desconexíon


Que miedo, 
que miedo que da el olvido.

 Pasamos toda nuestras vidas buscando una respuesta,
 la absolución de nuestra soledad.

No quiero que me olvides,
 no quiero perderte.

 Pasamos los inviernos esperando que vuelva a salir el sol,
 quizás así volvemos a encontrarnos. 

Prometiste volver,
prometiste que no te irías.
¿Donde estás?

Ahora solo eres otro numero en mi agenda,
otro mas.

No existe el valor,
no existe el contacto.

Conectados en una desconexion.

El mundo sigue girando,
sigue todo avanzando.
Pero nunca mas te volví a ver.

Nunca encontré esos ojos carmesí,
de dolor,
tristeza.

Seguiremos nuestras vidas,
entre amores vacíos.
Entre besos muertos.

¿Seguiremos?

domingo, 6 de septiembre de 2015

Reflexiones de una vida cotidiana


Te pediría explicaciones,
pero no tiene sentido.

Reflexiones de una vida cotidiana.
Solo reflejan la verdad.
La necesidad de ser.

Reflexiones de una vida,
cotidiana o no,
es una.

Tiempo es lo que reflejas,
tiempo que dejo de existir.
Hace mucho.

Hace mucho que te fuiste,
hace mucho que no volviste.

No existes.
No me haces daño.

Eres la guerra de mi ser.
Peleas de gente que no se conocen.
Pero igual me destruyes,
quizás porque alguien te lo dijo.

Te dijo que ya no te amaba.
que me había olvidado de ti.

Eres la lluvia que asecha a las cosechas,
parecías que eras lo mejor,
pero luego inundaste mi ser.

Sueles dejarme solo.

sábado, 5 de septiembre de 2015

El sueño (o como morir lentamente)


Mira hacia el cielo, 
mira lo que has echo,
 mira, 
enserio mira.

 Mira hacia el cielo y dime que lo que ves es mentira,
 hazlo si tienes valentía.

Mira hacia el cielo solo para encontrar tu respuesta, 
la respuesta, la que te perseguía.
Solo hazlo.

Miénteme si quieres, pero no te mientas.
Tu eres la que olvida.

Recuerda la cosas que no vivimos,
recuerda lo que nunca te he prometido.

Dime el sueño que viviste, 
dime la vida que soñaste.
Solo sabes lo que quieres ignorar.
Solo sabes lo que no quieres olvidar.

Ayer en tiempos de lluvia, 
hoy en tiempos de sequía, 
tu eras mi familia, mi única verdad.

Creo que soñé contigo,
creo que soñé que volvías conmigo.

Perdido en un silencio porque eras lo que yo no fui.
porque siempre fuiste lo que había perdido.

Ayer te quise, 
hoy solo lo vivo.
Hoy has muerto.
Como muere el otoño en una helada.

El sueño,
morir lentamente,
el sueño,
muerte permanente.

Enfermo por decir lo que deseo.
Enfermo por decir que ya no te quiero,


miércoles, 5 de agosto de 2015

Fénix



Miradas que viajan por corazones rotos.
Tiempo muerto en un silencio.

La muerte para resucitar,
puesto que no soy.
 La muerte para olvidar,
que alguna vez fui.

Te prometí tanto,
 me quisiste.
Nos prometimos tanto que ya no recuerdo.
Solos quedan.

El susurro del viento nunca desentona,
el amor nunca olvida.
Solo fueron malas decisiones echas en momentos perfectos.
Momentos compartidos que ya no significan nada.

Y ahora solo viajamos sin escala entre amores,
esperando que el siguiente sea el eterno.

Eramos tanto que no fuimos nada.
Somos nada porque fuimos algo.

Ahora.
Solo queda la soledad,
el lugar con olvidos,
con olvidados.

No hubo salvación,
 solo la resistencia.

La vida pasa y nada pasa.
La vida termina si yo termino.

La muerte parece ser lo único real.
 La muerte esta cerca.

Tan cerca como tu estas del olvido,
Tan lejos que duele que te hayas ido.
Solo quedas porque sigo vivo.

Quedas en un viaje de mentira,
en un tiempo perdido.
Porque eres mi único recuerdo,
solo existe en ellos.

La melancolía me llena.
El tiempo se termina y el canto de mis soledades se desvanecen.
Solo queda el Fénix después de la muerte.

Yo solo voy a irme.
Solo voy a irme si logro decir cuanto te quiero.

martes, 7 de julio de 2015

Ya no te quiero



Abismos, 
caídas de mundos.
Abismos, rosas secas.

Lagrimas marchitadas.
Lagrimas perdidas.
Tiempo es lo que exiges,
exigeme lo que quieras.

Amor, amor de las cavernas.
Te espero, 
pero estoy desesperado

Tu ya no estas, 
pero te veo todos los días.

Mi única amiga, mi vida.
Arrebatada. 
Robada de mi corazón.

Te fuiste como yo no quería que te fueras.
Yo no quería que te fueras.

Tu ya estas con otro, 
yo sigo esperándote.

El café no dura para siempre.
Tus ojos astrales si.

No son tus ojos,
son lo que haces con ellos.

No son tus labios,
son lo que me dicen.

No es que no siga,
es que quiero volver a verte.
No es que me rinda, nunca lo hice.
No es que esté obsesionado, lo hago.

Amar en tiempos raudos,
tiempos de olvido.

Ya no te quiero es cierto.


domingo, 28 de junio de 2015

La respuesta

La pregunta siempre termina siendo la misma, el sentir y el vivir van de la mano pero a veces se odian.  Muchas veces me he preguntado como era, quien era.
La respuesta yace en mi, lo se. En un sin fin de búsqueda solo encontré respuestas incompletas pero tampoco importaba realmente.

Estaba en unas vías del tren, en el lugar mas frío que había visto jamas. Quizás por la falta de personas. No me puedo mover y veo el gran tren acercarse, nada podía hacer.
El fin llegaba, yo terminaba. Estoy desesperado, nada evitaba ese final, quizás debería de ser así.
Que importa.

El fin les llega a todos, ¿porque me debía de importar?. Pero esa esperanza de poder salvar mi misera vida, retumbaba mi destruida existencia. Tal vez podía intentar algo, alguien me salvaría.

Ya nada quedaba.

Las preguntas nunca cesaban, tal vez para evitar pensar en lo inevitable.  ¿Por qué otra vez estoy solo? ¿Alguien me ayudará?.
Rendido y extenuado me arrodillo para aceptar mi final. Parecía tan lejana la vida.

Frío, frío era lo único que sentí. Cada hueso de mi cuerpo se estremecía cada segundo que estaba alli, tal vez por el miedo a morir o por la necesidad de encontrar algo de calor.

-¡Basta!.-Grite despavorido. -¡Si quieres llevarme hazlo pero haz que termine!.
Escuchaba el pitido del tren acercarse, con el hielo en las vías, el maquinista nada podía hacer. Cada segundo que pasaba veía como la cara de el conductor se iba desfigurando. Tenia tanto miedo como yo, o quizás más.

Una música que alguna vez había escuchando en los grandes salones de la vieja Inglaterra, me susurraba en los oídos, como si el cielo se tratase. Puede que ese sea mi luz, puede que sea el único lugar que brillaba en mi interior.

No culpo a la melodía, al fin y al cabo esa era la mejor parte de mi vida, salir a danzar con mi dulce amada. Con una sonrisa ella siempre me recibía, puede que porque le daba pena, o me amaba. Ya no lo recuerdo.

Yo nunca había visto a mujer tan hermosa como mi dulce Anne: ojos tan grandes como la luna, sonrisa que rozaba la perfección, solo deseaba verla todos los días. Eso hacia.

Solo recordar a mi Anne me destruía cada segundo, deseaba pensar en la muerte antes que en ella. Quizás podía volver a encontrarme con ella. 
Mi Anne, la dulce Anne, se había ido, para siempre. Un malnacido le había arrebatado su hermosa vida, me la arrebato.

Nada quedaba, todo terminaba. Yo no me quería ir, solo la quería ver a ella otra vez. 
Cerré mis ojos acristalados por las lagrimas que intentaba ocultar. La muerte se acercaba, yo me iba, me iba junto a Anne.
 Te extraño, te extraño.

La locomotora nunca me dio mi respuesta.